jueves, enero 18

EL ESTRES EN NIÑOS DE EDAD ESCOLAR

ESEF/BETZABE NUÑO/2007


INTRODUCCION
Este tema me intereso debido a que en algunas escuelas a las que yo he asistido o visitado me he podido dar cuenta de que algunos de los alumnos se estresan mucho al principio no lo creía pero conforme fue pasando el tiempo y los pude observar los niños reflejaban cierto estrés que uno pensaría que los niños pequeños y mucho menos en edad escolar puedan padecer de algún tipo de estrés ya que se piensa que los niños solo se dedican a divertirse y que no tienen el porque estresarse sin un motivo aparente.

Pero en realidad no nos hemos puesto a pensar en que si en realidad los niños se estresan y porque si no tienen problema aparente alguno.

Es así como se puede al observar y escuchar las conversaciones entre ellos o cuando te preguntan indirectamente el que les pasa y que sienten.

En esta edad los niños se preocupan por algunas cosas que para nosotros como adultos nos parecen tan sencillas y que tienen una fácil solución pero para ellos no es tan fácil el preocuparse por cosas como: si no hacen la tarea si sacan menor calificación, si les encargan al hermanito y le pasa algo.

En algunas ocasiones nosotros como padres ocasionamos el mismo estrés de los niños ya que damos tareas o algún otro tipo de responsabilidad que el niño no puede ni debe hacer aun dándonos cuenta de eso algunas veces lo hacemos sin pensar en las consecuencias que esto puede traer.

Por eso es necesario que nosotros como futuros docentes y padres nos demos cuenta que algunas veces les damos responsabilidades a los niños que no pueden hacer ni deben ya que esto con el tiempo le puede traer algún tipo de problema físico o mental y cuando nos damos cuento de el daño que les hemos hecho podría ser muy tarde para resolver el problema.



EL ESTRES Y LOS NIÑOS PEQUEÑOS

Históricamente, el estrés se ha definido en relación con su origen (por ej., interno y externo) (Marion, 2003). Orígenes internos de estrés abarcan el hambre; el dolor; la sensibilidad a ruidos, cambios de temperatura y congestión de personas (densidad social); el cansancio y el exceso o la falta de estimulación del ambiente físico inmediato de uno. Factores estresantes externos abarcan la separación de la familia, un cambio en la composición familiar, la exposición a disputas y conflictos interpersonales y a la violencia, el sentir la agresión de otros (la intimidación), la perdida de propiedad personal importante o de una mascota, la exposición a expectativas excesivas respecto al logro, el "andar de prisa" y la desorganización de los eventos de la vida cotidiana de uno (Bullock, 2002). Aunque la literatura de investigación suele enfocarse en el impacto de factores estresantes de una sola variable en el desarrollo de niños, en situaciones de la vida real, ellos experimentan el estrés de orígenes múltiples. Los investigadores notan que factores estresantes múltiples interactúan entre si y pueden tener efectos cumulativos (Stansbury y Harris, 2000). Este Digest discute como experimentan y se adaptan al estrés los niños, y ofrece sugerencias a maestros y padres sobre como prevenir y reducir el estrés infantil.

¿HASTA QUE GRADO SON VULNERABLES LOS NINOS PEQUEÑOS AL ESTRES?

El estrés se experimenta de muchas formas y varía según el niño individual, su nivel de desarrollo y su experiencia previa en la vida. La adaptación o el manejo del estrés parecen depender mucho de las capacidades de desarrollo de un niño y su inventario de habilidades para poder aguantar situaciones difíciles (de manejo). Los investigadores sugieren que los niños de menos de 6 anos de edad han desarrollado menos capacidad de (1) pensar íntegramente en un evento; (2) elegir de un "menú" de posibles comportamientos en respuesta a cualquier evento nuevo, interesante o provocador de ansiedad; (3) comprender un evento sin relacionarlo con sus propios sentimientos y (4) modificar sus reacciones físicas en respuesta a cambios de estimulo (Allen y Marotz, 2003).

El estrés puede influir tanto positiva como negativamente. Cuanto más pequeño el niño, mas impacto tienen los eventos nuevos, y más poderoso y posiblemente negativo llega a ser el estrés. Cierta cantidad de estrés forma una parte normal de la vida cotidiana de un niño y puede tener influencias positivas. No obstante, el estrés excesivo puede tener efectos tanto inmediatos como de largo plazo en la adaptabilidad de los niños a situaciones nuevas, hasta a eventos que no parecen tener relación alguna con el evento estresante especifico.

La investigación indica que el impacto negativo del estrés es mas profundo en niños que tienen menos de 10 anos de edad, tienen un temperamento genético "lento a calentarse" o "difícil," nacieron prematuramente, son varones, tienen una capacidad cognitiva limitada, o han sentido algún estrés prenatal (Monk et al., 2000). Niños que viven en la pobreza, o en comunidades violentas, o que son intimidados en ambientes escolares también están sujetos a mas estrés externo (McLoyd, 1998) que otros niños. Los que tienen menos resistencia a estímulos externos e internos sentirán una mayor variedad de eventos y condiciones como negativamente estresantes (Stansbury y Harris, 2000).

¿COMO EXPERIMENTAN EL ESTRES LOS NINOS?

Especialistas han identificado dos categorías de experiencias estresantes. El estrés agudo se define como un principio repentino e intenso (por ej., una enfermedad de corto plazo de un progenitor), y después un apaciguamiento, de estímulos estresantes. El estrés crónico (por ej., la perdida mediante la muerte o la separación prolongada de una persona importante en la vida del niño-abuelo, cuidadora, hermano), por otra parte, es progresivo y tiene los efectos mas significativos y perjudiciales en los niños, incluyendo cambios en la química y la función cerebrales, y un declive en la resistencia a enfermedades (Gunnar y Barr, 1998; Lombroso y Sapolsky, 1998).

Zegans (1982) presenta la teoría que se experimenta el estrés en cuatro etapas un tanto distintas: (1) alarma y reacción física; (2) evaluación, mientras un niño intenta extraer significado del evento; (3) la búsqueda de estrategias de adaptación o de aguante y finalmente (4) implementación de una o mas estrategias. Esta etapa de implementación puede ser una acción no repetida o puede extenderse por horas o días. La evaluación de niños de eventos estresantes y sus elecciones de estrategias viables para aguantarlos difieren de las de adultos (por ej., dejar un juguete favorito en el centro de cuidado infantil por la noche puede tener un impacto negativo en niños que no pueden "hallar" un modo de "esperar" hasta que se los reúnan; esta reacción y el temor a su repetición pueden durar por varios días.) Además, peritos han observado que las respuestas físicas de niños al estrés también difieren de las de adultos ya que pueden ser mas intensas y abarcar todo el cuerpo (Zegans, 1982).

¿COMO SE MANIFIESTA EL ESTRES EN LOS NIÑOS?

El estrés se observa mas frecuentemente como una reacción física evidente: llorar, el sudor en las palmas de las manos, correr en dirección opuesta, arranques agresivos o defensivos, comportamientos de mecerse o consolarse a si mismo, dolores de cabeza y de estomago, comportamientos nerviosos de motricidad fina (por ej., torcer o arrancar los cabellos, mascar y chupar, morder la piel y las unas), accidentes higiénicos (orinarse, etc.), y perturbaciones del sueno (Stansbury y Harris, 2000; Fallin, Wallinga y Coleman, 2001; Marion, 2003). Los peritos sugieren que niños pueden reaccionar de manera global mediante la depresión y la evitación; la timidez excesiva; hiper-vigilancia; inquietudes excesivas; "parálisis" en situaciones sociales; el interés aparentemente obsesivo en objetos, rutinas y la comida y preocupación persistente sobre "lo que sigue"; y pegarse excesivamente a un adulto (Dacey y Fiore, 2000).




¿COMO SE ADAPTAN LOS NINOS AL ESTRES?

Los teóricos creen que estos comportamientos representan las luchas de niños por manejar y reaccionar a eventos estresantes. Creen que los niños generalmente se distancian en sentido emocional de situaciones estresantes por medio de comportarse de maneras destinadas a disminuir el estrés (por ej., llorar y enfadarse para mostrar sentimientos de abandono cuando los padres van al trabajo) o a cubrir o esconder sentimientos de vulnerabilidad (por ej., portándose mal o de manera agresiva o perturbadora cuando es hora de poner los juguetes en su lugar o dejar de jugar). Conforme crecen, para aguantar el estrés negativo, los niños utilizan cada vez mas sus estrategias cognitivas para resolver problemas, haciendo preguntas sobre eventos, circunstancias y expectativas de lo que pasara y la aclaración de lo que ha pasado (Kochenderfer-Ladd y Skinner, 2002).

La exposición prolongada al estrés y el uso continuo por un niño de estrategias de aguante pueden resultar en patrones de comportamiento que son difíciles de cambiar si el niño percibe la estrategia como efectiva (Kochenderfer- Ladd y Skinner, 2002; Stansbury y Harris, 2000).


¿COMO PUEDEN LOS ADULTOS RESPONDER AL ESTRES DE LOS NINOS?

La ayuda a los niños con su comprensión y uso de estrategias eficaces de adaptación y manejo debe basarse en el nivel de desarrollo del niño y su entendimiento de la naturaleza del evento provocador de estrés. Maestros y padres pueden impedir y reducir el estrés de los niños de muchas maneras:

 Ayude al niño a anticipar eventos estresantes, como el primer corte de pelo o el nacimiento de un hermanito. Los adultos pueden preparar a los niños con aumentar su entendimiento del evento venidero y reducir su impacto estresante (Marion, 2003). La preparación excesiva de los niños para eventos estresantes venideros, no obstante, puede resultar aun mas estresante que el evento mismo (Donate-Bartfield y Passman, 2000). Los adultos pueden evaluar el nivel óptimo de preparación con animarle al niño o la niña a hacer preguntas si quiere saber más.

 Provea ambientes de apoyo donde los niños pueden representar sus preocupaciones dramáticamente o usar materiales artísticos para expresarlas (Gross y Clemens, 2002).

 Ayude a los niños a identificar una variedad de estrategias de manejo (por ej., "pide ayuda si alguien se burla de ti"; "dile que no te gusta"; "vete de allí"). Las estrategias de manejo les ayudan a los niños a sentirse mas eficaces en situaciones estresantes (Fallin, Wallinga y Coleman, 2001).

 Ayude a los niños a reconocer, nombrar, aceptar y comunicar sus sentimientos de manera apropiada.

 Enseñe a los niños unas técnicas de relajación. Considere sugerirle a un niño que haga tales cosas como "respira profundamente tres veces"; "cuenta al revés"; "contrae y suelta tus músculos"; "juega con la pasta de moldear"; "baila"; "imagínate un lugar preferido en que quieres estar y visita ese lugar en tu mente" (usar la imagen creativa) (O'Neill, 1993).

 Practique habilidades positivas de hablar a uno mismo (por ej., "Voy a intentarlo. Creo que puedo hacer esto.") para ayudar en fomentar el manejo del estrés (O'Neill, 1993).

Otras estrategias básicas son la implementación de estrategias positivas razonables de disciplina, el seguimiento de rutinas constantes, una cooperación mejorada y la provisión de tiempo para la revelación segura de los niños, tanto en privado como en grupos, de sus preocupaciones y tensiones.


























CONCLUSION

Nuestro conocimiento creciente sobre la importancia y el impacto del estrés en los niños pequeños debería utilizarse bien para reducir los factores de estrés para niños pequeños y ayudarles a aumentar las estrategias de manejo y las respuestas sanas al estrés inevitable en sus vidas.



[Traducción: Berkeley Hinrichs]
PARA MAS INFORMACION

Allen, K. E., y Marotz, L. R. (2003). DEVELOPMENTAL PROFILES (4th ed.). Albany, NY: Delmar.
Bullock, J. (2002). Bullying. CHILDHOOD EDUCATION, 78(3), 130-133.
Dacey, J. S., y Fiore, L. B. (2000). YOUR ANXIOUS CHILD. San Francisco: Jossey-Bass.
Donate-Bartfield, E., y Passman, R. H. (2000). Establishing rapport with preschool-age children: Implications for practitioners. CHILDREN'S HEALTH CARE, 29(3), 179-188.
Elkind, D. (1988). THE HURRIED CHILD (Rev. ed.). Menlo Park, CA: Addison-Wesley.
Fallin, K., Wallinga, C. y Coleman, M. (2001). Helping children cope with stress in the classroom setting. CHILDHOOD EDUCATION, 78(1), 17-24. EJ 643 730.
Greenman, J. (2001). WHAT HAPPENED TO THE WORLD? St. Paul, MN: Redleaf Press.
Gross, T., y Clemens, S. G. (2002). Painting a tragedy: Young children process the events of September 11. YOUNG CHILDREN, 57(3), 44-51.
Gunnar, M R., y Barr, R. G. (1998). Stress, early brain development, and behavior. INFANTS AND YOUNG CHILDREN, 11(1), 1-14. EJ 570 187.
Kochenderfer-Ladd, B., y Skinner, K. (2002). Children's coping strategies: Moderators of the effects of peer victimization? DEVELOPMENTAL PSYCHOLOGY, 38(2), 267-278.
Lombroso, P. J., y Sapolsky, R. (1998). Development of the cerebral cortex: XII. Stress and brain development: I. JOURNAL OF THE AMERICAN ACADEMY OF CHILD AND ADOLESCENT PSYCHIATRY, 37(12), 1337-1339.
Marion, M. (2003). GUIDANCE OF YOUNG CHILDREN (6th ed.). Upper Saddle River, NJ: Prentice Hall.
ress.

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